“El ente” de Sidney J. Furie




   “Mas allá de la realidad física, mas allá del éxtasis y el dolor, a un submundo oscuro de la verdad pisco-sexual”, esto es lo que rezaba en la sobrecubierta del libro que escribió Frank de Felitta sobre los hechos ocurridos a comienzos de los setenta a Doris Bither (Carla Moran) y que Sidney J. Furie adapto a la gran pantalla cuatro años después.

   Una de las películas mas terroríficas de la época que fue eclipsada por fenómenos cinematográficos como “Poltergeist”, o “El Exorcista”, pero de un interés mayúsculo por tratarse de uno de los casos reales que impactaron a la sociedad y al mundo de la parapsicología del momento. Una mujer de mediana edad es atacada sexualmente por un ente invisible dejando huella psíquica y física en su cuerpo. Tratada por expertos en la materia, el caso tomo relevancia pasando de lo científico a lo paranormal.

   La historia que nos presenta el director comienza con Carla Moran, madre viuda a cargo de sus tres hijos, sufriendo uno de los mencionados ataques, sin previo aviso y de una forma impactante. Casi sin presentarnos a los personajes Furie nos mete de lleno en la historia y nos apuñala con cada uno de los intentos de violación de “el ente”. Cuando dichos ataques ya no se limitan al espacio cerrado de casa, ni a la intimidad de la noche, Carla decide pedir ayuda medica. Phil Sneiderman es el personaje mas interesado por ella convencido de que su paciente sufre un desorden mental a pesar de la evidencia de las huellas físicas. Desesperada por la situación y el escepticismo de los médicos, la protagonista decide pedir ayuda a un equipo de parapsicología enfrentándose estos al Doctor Sneiderman en una lucha encarnizada por proteger y dar diagnostico y cura a los problemas de su paciente.

   Los intentos del equipo de parapsicología tanto dentro como fuera de casa por intentar captar pruebas físicas de la presencia de “el ente” protagonista dieron la vuelta al mundo en la vida real y una fuerza visual y tensión a la trama que eleva el interés y la acción a cotas muy elevadas, pero lo que realmente mantiene a la película en un listón mas alto de lo que podría imaginarse es la grandísima interpretación de Barbara Hershey encarnando a Carla Moran, una mujer difícil, con un pasado aun mas difícil, violada por su padre en la infancia, viuda, abandonada y con tres hijos a cargo. Hershey se aferra a su personaje como si de "el ente" se tratara y lo defiende de maravilla sin caer en la caricatura.

   Ron Silver en el papel del Doctor Sneiderman es el personaje que mas juego da en un reparto en el que todos pasan de una forma discreta por la pantalla y sin carisma. Es el punto de vista mas racional, mas sensato, mas escéptico y mas protector. Es el personaje que mas sufre después de Carla y el señor Silver lo defiende de maravilla.

   Uno de los aspecto mas destacables de la película es su banda sonora estridente y ruidosamente electrónica a cargo de Charles Berstein, provocando un incomodo malestar en el cuerpo mientras se desarrollan las escenas. Escenas que son rodadas con planos y encuadres que dejan sin respiración al espectador. Los efectos especiales utilizados en los ataques a la protagonista (corrientes de aire caliente que simulaban los dedos de “el ente” al tocar la carne de su victima) fueron impactantes y bastante explícitos, y que llevo a catalogar a la película de “terror-sexual”.

   A recordar esa escena próxima la final de un medico que se niega a si mismo ser testigo de lo que acaba de presenciar ante los ojos de una Jacqueline Brookes atónita.





“Puedes torturarme, matarme... pero no puedes poseerme.”


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