"La mala semilla" de Mervyn LeRoy

Una inquietante historia de maldad infantil y debate moral sobre los perdones y castigos parentales sobre actos que escapan de lo socialmente bueno y se posan en los infiernos de la razón.

Una niña de ocho años es la maldad personificada, maquiavélica, manipuladora, egoísta y mentirosa, vestida de niña buena asesina al que se le antoja por caprichos que le vienen e intereses que le van. La madre sospecha y posteriormente lo descubre, debatiéndose por lo correcto en una madre, culpa o perdon.

La película de LeRoy nos hace preguntas sobre el origen de la propia maldad, ¿es heredada o adquirida? ¿el entorno influye? Estas preguntas son contestadas por por personajes secundarios y sus revelaciones, que si bien no tienen fundamento científico, da un tono aceptable a la historia. Se podría decir que es original y arriesgada, pero podría haber sido mucho mas. Si Hitchcock hubiera pillado esta historia otro gayo hubiera cantado…

Genial trabajo de un reparto en el que sobresale una inolvidable Patty McCormmack como niña diabólica, con su pelo rubio, su vestido y esas coletas que emulan la cornamenta del mismísimo Satanás y que llego a estar nominada en los Oscars de ese año. Nancy Kelly está a la altura con ese papel de madre aterrada por la actitud de su hija y las consecuencias tan drásticas, engordada de remordimientos que su niña no es capaz de asimilar y que se debate por lo correcto de la situación y que también obtuvo una nominación a los Oscars. Eileen Heckart haciendo de madre de un niño víctima de los malvados actos de la protagonista, está realmente bien, en ocasiones rozando la sobreactuación, entrando y saliendo en escena devorando todo a su paso, borracha y hundida intenta echarse a la cara a la dichosa niñita de aspecto angelical, esta actuación le valió una nominación en los Oscar y consiguió el Globo de Oro.

Está rodada de una forma correcta, con una fotografía correcta y una música que logra transmitir, pero que no se queda en el subconsciente. En definitiva, una película que quiere ser diferente y arriesgada, pero que consigue ser correcta en el mejor de los casos. Excesivo metraje que le resta tensión a la trama y lo peor de todo, que trata en más de una ocasión al espectador como un niño tonto por ese exceso de explicaciones en situaciones que no vienen al caso.

A recordar la primera intervención de Heckart, borracha y desquiciada por el dolor y esa imagen imborrable de McCormmack saliendo de la habitación poniéndose una de sus coletas igual que la otra.

Y ese final… ¿Por qué?
 
 
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