"La mansión encantada" de Robert Wise

En este caso Wise nos introduce en una historia de misterio y fantasmas con casa encantada de fondo. Un intento por generar terror que si bien no lo logra en todo el metraje, las ganas de experimentar no le faltan.

Un científico en busca de señales del mas allá y lo paranormal forma un grupo de personas para instalarse en una mansión encantada y estudiarla. Allí, sus inquilinos conocerán el miedo, en mitad de la nada, alejados de la civilización en medio de la colina, sus temores serán exaltados por una casa que los acosa.

Un guion excesivamente escaso y plano que no profundiza en los miedos de todos los personajes por igual, que no se sabe el porqué de los fenómenos en la mansión y unos personajes desdibujados y sin matices. Robert Wise intenta con su cámara generar esa tensión que le falta al guion y que acentúa con una música efectista. La fotografía del film en blanco y negro es más que correcta, consiguiendo fotogramas realmente bellos y terroríficos.

Exceso del recurso de la voz en off, ya no solo al comienzo de la cinta, si no durante todo el metraje mostrándonos los pensamientos de la protagonista. Un ejercicio explicativo que resta fuerza en el visionado y no te deja empatizar con sus miedos, además de ser repetitivos y cansinos.

El reparto anda escaso de talento en esta ocasión, un Richard Johnson poco creíble y adoptando un papel tan paternal que resulta pedante. Julie Harris es cansina y mono-expresiva, solo tiene un gesto, una pena, porque su personaje podría haber dado mucho de sí interpretativamente hablando, ya sea gestual o físico. Y el resto del reparto más de lo mismo, por ejemplo Claire Bloom, tan falsa y tan poco creíble que te saca de la cinta.

El interés del visionado recae en su director y en cómo puede ingeniárselas para intentar que el espectador no se desespere en su butaca. Utiliza una serie de planos incomodos y se excede en los picados y contrapicados. Utiliza primeros planos y planos medios que se acercan vertiginosamente a primerísimos gracias a los zooms. Utiliza luces y sombras para distorsionar siluetas y presta atención a detalles inertes de la casa y les intenta dar vida.

No es una obra maestra ni mucho menos, pero resulta entrañable visualizar un clásico que peca de inocente a pesar de ser pretencioso. No aburre, pero ese sentimiento ronda por el ambiente…
 

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