"Marty" de Delbert Mann

Autentica obra maestra de un Delbert Mann debutante. Grandiosa interpretación que queda en el recuerdo del cine. Es tan sencilla y cercana que tu empatía se ruboriza. Enorme Borgnine, enorme guion, enorme Mann, enorme película que hace más grande al cine.

Un carnicero regordete y feúcho no encuentra novia, las amigas de su madre lo critican por su estado civil a sus treinta y cuatro años. Mientras sus amigos salen y ligan, el acaba solo y dolido tras noches de rechazo. Un día encontrara a otra alma solitaria y feúcha, surgirá el amor y los miedos celosos de sus amigos y su madre.

Una sencilla puesta en escena que narra lo cotidiano de la vida en la piel de un poco agraciado joven, pero bondadoso y sensible. Desgarrador retrato de la soledad por parte de amigos, madres viudas que se les escapan los hijos y la motivación por la vida. Esta cinta libera almas encerradas en soledad, fruto de una sociedad que los juzga y los excluye, que los arrincona. La ópera prima de Mann da un golpe en la mandíbula a las apariencias y abraza al corazón.

El guion es una maravilla de principio a fin, los personajes son enormes figuras matizadas que mueven una historia llana y la elevan más alto que las nubes en las que se encuentran nuestros protagonistas principales en esa noche mágica e inesperada. Preciosa fotografía y preciosa música que visten esta película con dignidad y talento.

Soberbio Ernest Borgnine en el papel de joven carnicero con el corazón dolido por el rechazo de un colectivo femenino que no le deja la más mínima posibilidad de expresar su amor. Lejos de sus anteriores papeles de hombre rudo y arisco, Borgnine nos ofrece una actuación que te llega al alma. Pocas cosas hay en el cine que contagie más que una sonrisa del bueno de Ernest. Betsy Blair como feúcha y abandonada en la noche, rescatada por otra alma solitaria, esta creíble y contenida, ofreciéndole con generosidad la pantalla a su compañero. No solo estos dos personajes están esplendidos, si no todo el reparto. Cada uno de los actores se enfunda su personaje y lo llena de vida y credibilidad, como es el caso de Esther Minciotti, tremenda actuación encarnando a la madre del protagonista, viuda y conviviendo con el único hijo que le queda soltero, temerosa de que se vaya y acabe como su hermana, privada de obligaciones y quehaceres para con su marido y sus hijos. Joe Mantell en el papel de compañero de juergas, celoso después del hallazgo casual de su mejor amigo, relegándolo a un segundo plano.

A recordar esa escena dramática de dolor sentimental de Borgnine replicando a Minciotti mientras come. Esa romántica y divertida charla en la cafetería por la noche, con un Borgnine que se sale de la pantalla. Esa discusión del primo y la mujer en el balcón mientras Borgnine intenta pedirle consejo sobre la inversión en la carnicería donde trabaja. Y ese final de explosión de sentido común que cierra una película que engrandece al cine y al ser humano.
 
 
Copyright © El Mundo de Isi. Designed by OddThemes